Soy pluviófila (y no lo puedo remediar).

¿A vosotros no os pasa que estáis en casa, comienza a llover y sentís un deseo irrefrenable de ir a asomaros a la ventana?
A mí sí. Es escuchar que caen un par de gotas en el tejado y salir pitando a la ventana para ver como cae agua del cielo.

La verdad es que, en un primer momento, pensaba que era rara (más rara que un perro verde), porque cuando me encontraba a alguien un día soleado y me decía: ¡Qué buen tiempo hace hoy!, a mí se me quedaba cara de lela.

NO.
No me gustan los días soleados
ni los días que hace calor,
odio los treintaytantos grados
y detesto el p*** sudor.

Y es que para mí no hay nada más bonito que un típico día de invierno: con sus bajas temperaturas, su cielo encapotado y su lluvia intensa (y si nieva, aún mejor).

Me encanta pensar que llega ese tiempo, en el que te arropas en la cama hasta la cabeza mientras escuchas llover, en el que sales a pasear y se te congelan los entresijos, en el que vuelven las botas, las bufandas y los abrigos.

Me encanta el frío y sentarme al lado de la chimenea o en el sofá con la mantita de mi abuela.
Me encanta la lluvia, pisar los charcos e inclinar el paraguas y que un par de gotas toquen mi cara.

¡¡Incluso me cambia para bien el humor!!

Pero todo esto tiene una explicación:
Amo la lluvia.
Soy pluviófila (y no lo puedo remediar).

(Imagen: https://es.pinterest.com/explore/frases-de-lluvia/)


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